SOLARIS

 

 

 

 

 

 

 

CLIFF MARTÍNEZ, 2002

  • Hay bandas sonoras que hemos oído tantas veces, de tantas maneras diferentes, que sencillamente las ignoramos. Con esta ocurre lo contrario pues su originalidad y su brillo ilumina las escenas sin apoderarse de ellas y nos impele a sentir los estados de ánimo de los protagonistas no desde la música, sino íntimamente, como una revelación
  • Un sonido único, minimalista y electrónico. No llega a ser ambiental, pues el juego de percusiones y orquesta nos mantiene atentos a lo que acontece